viernes, 25 de abril de 2014

DIABETES

La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos,[2] que afecta a diferentes órganos y tejidos, dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre: hiperglucemia.[3] La American Diabetes Association, clasifica la diabetes mellitus en 3 tipos: la diabetes mellitus tipo 1, en la que existe una destrucción total de las células β, lo que conlleva una deficiencia absoluta de insulina; la diabetes mellitus tipo 2 o no insulinodependiente, generada como consecuencia de un defecto progresivo en la secreción de insulina, así como el antecedente de resistencia periférica a la misma; la diabetes gestacional, la cual es diagnosticada durante el embarazo; y otros tipos de diabetes ocasionados por causas diferentes. La causan varios trastornos, siendo el principal la baja producción de la hormona insulina, secretada por las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su inadecuado uso por parte del cuerpo,[4] [5] que repercutirá en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas. La diabetes mellitus y su comorbilidad constituyen una importante causa de preocupación en salud pública.
 
 
 
 
 

la Medicina y los animales

Los médicos, enfermeros y técnicos de laboratorio cuentan con el desconocido apoyo de una legión de ‘auxiliares’ y ‘colaboradores’ en su ardua tarea de curar las enfermedades y reparar las lesiones: animales e insectos aportan sustancias y herramientas terapéuticas.
Cada vez más expertos están solicitando a las autoridades sanitarias que se extienda el uso de larvas de mosca para curar las infecciones, gangrenas y úlceras, porque estas criaturas son capaces de limpiar una herida 18 veces más rápido que los tratamientos farmacológicos comunes.
En algunos casos, la ‘terapia larval’, que se usa en el Reino Unido, Israel, Suiza y Alemania, puede ser una alternativa más eficaz y económica que los antibióticos, y se aplica en heridas infectadas sin problemas, según el doctor José Contreras Ruiz, del Hospital General Dr. Manuel Gea González (México) y pionero en América Latina de esta técnica.
Según el dermatólogo mexicano, las larvas de la mosca Lucilia Sericata o mosca verde se ponen en una red de nylon en la herida durante dos o tres días e ingieren la carne infectada, matando las bacterias y estimulando el crecimiento del tejido sano.
 

sábado, 12 de abril de 2014

Amando los Animales



Siempre me han gustado los animales, pero no conviví con uno (no amé a uno) hasta hace más o menos treinta años, que fue cuando tuve a mi primer perro. Y sí, Anatole France tiene razón: a partir de aquel momento, algo se despertó en mí. Algo que yo ignoraba se hizo presente. Fue como desvelar una porción del mundo que antaño estaba oculta, o como añadirle una nueva dimensión. Convivir con un animal te hace más sabio. Contemplas las cosas de manera distinta y llegas a entenderte a ti mismo de otro modo, como formando parte de algo más vasto. El famoso naturalista David Attenborough me dijo en una entrevista que uno de los momentos más intensos y conmovedores de su existencia fue cuando se encontró en mitad de la selva de Ruanda con un gorila de las montañas, un enorme espalda plateada, y los dos se miraron a los ojos y se reconocieron, por encima del abismo de las especies. En esa mirada cabe el Universo.

Esto no quiere decir, naturalmente, que todos los amantes de los animales sean, por el mero hecho de serlo, gente maravillosa. De todos es sabido que Hitler adoraba a los perros y que sentía mucha más angustia ante la agonía de una langosta en la cacerola (en el Tercer Reich hubo leyes que prohibían cocer vivos a los crustáceos) que ante el gaseamiento de un niño judío. Y es que el ser humano es una criatura caótica y enferma, capaz de contradicciones de este calibre. Pero lo que sí parece cierto es lo contrario: que los individuos que son crueles con los animales son muy mala gente. De hecho, una investigación multidisciplinar que se hizo en Escocia hace algunos años demostró que la mayoría de los sujetos que habían sido denunciados por maltrato animal habían cometido también crímenes violentos contra otras personas, el animalismo, en fin, que es como se denomina el movimiento en pro de los derechos de los otros animales, es un producto moral e intelectualmente refinado. Quiero decir que la conciencia animalista forma parte del proceso de civilización, y que cuanto más culta y democrática sea una sociedad, menos cruel será con todos los seres vivos. “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”, decía atinadamente Mahatma Gandhi.

  http://www.animalesyanimales.com/